sábado, 9 de mayo de 2020

Despiece de pollo

En esta entrada os demuestro que más vale maña que fuerza.

Yo no tengo mucha fuerza, y , como sabéis, aún ando recuperándome del hombro pocho.

Os voy a contar algo que igual a los más sensibles os parece una burrada. Visto un pollo, visto cualquier ser vivo. Todos somos iguales. Por eso no me da asco ver operaciones de personas o de otros bichos vivientes o murientes.

Existe gente que piensa que los pollos y demás animalitos, vienen ya troceados de manera natural. Y cuando se los ponen con plumas y todo, vienen los ascos, los llantos y los repeluses. Esto pasó el otro día en Master chef. Una hermosa perdiz que estaba diciendo desplúmame. Y pasó lo que pasó.

Yo hace años hice un curso de carnicería y pescadería. De estos estudios me viene el hecho de saber despiezar un pollo (despiecé tropecientos) y también limpiar y filetear pescado (me limpié chicharros a tutiplén).

Estuve de prácticas en una charcutería, y la chica me enseñó divinamente. Tuvo santa paciencia conmigo, cosa que la de la carnicería, no. Por lo tanto: sé bastante de charcutería y bastante menos de carnicería (aparte de hacer tajadas de lomo, que me las hice yo casi todas).
Más tarde y hasta que me casé, fui yendo a diferentes charcuterías en ETTs. Un buen día en una charcutería me corté el dedo pulgar y fueron mis primeros puntos. Aún tengo la marca.
En fin, batallitas de abuela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario